El desfile de la confraternidad, lleno de matices, colores, trajes, cultura, arte y fiesta, fueron los ingredientes de las tradicionales comparsas y bailes folklóricos, en donde la brillaron los niños, niñas y jóvenes de las escuelas y colegios de la localidad, las personas con discapacidad, y los integrantes del CIBV Acción Popular, pusieron la nota de alegría que fueron aplaudidos hasta más no poder por parte de las autoridades y comunidad que dieron cita de manera masiva por las principales calles de la ciudad.

Casa Abierta MIES y CIBV, mostró a la comunidad, en este marco festivo, todo el potencial que generan sus programas, sus protagonistas y el aporte que brindan a los más chiquitines de esta zona de frontera, mientras que en paralelo, el Centro Matilde Hidalgo de Procel, en coordinación con el GAD Macará, hablando de la realidad de la mujer, sus derechos, y cómo erradicar la violencia de género, violencia que afecta a la familia y a toda la sociedad en su conjunto.

Una fiesta, una tradición, un encuentro con la historia lo constituyó la segunda edición de la tradicional carrera del arrocero, que en el marco de los 114 años de vida cantonal se llevó adelante, en medio de la alegría y el esfuerzo de los participantes, que los hicieron en distintas categorías como: niños, mujeres con una arroba de arroz al hombro y abiertos un quintal, todo ellos corrieron doscientos metros, en medio de la ovación de propio y extraños, amigos y familiares que presenciaron este evento tradicional en los bajos de la Municipalidad, en plenas festividades de Cantonización.